Bienvenidos a este nuevo blog, soy una alumna de 4º ESO del IES Valadares, Vigo. Aquí analizaremos la obra de Valle- Inclán y su biografía. Además elaboraremos una investigación concreta sobre su gran obra teatral Divinas palabras.
Divinas Palabras
es una obra que me ha costado un poco leer por la complejidad del lenguaje. Me ha
sorprendido la diversidad de lugares en los que transcurre
la obra así como la cantidad de personajes que aparecen. Un aspecto
de la obra que ha dificultado mi comprensión ha sido el hecho de que
los personajes cambien de nombre, ya que complica la identificación
de quién está en escena y me hace perder el hilo del argumento.
Esta obra tiene
ciertas escenas un tanto fuertes y grotescas para la época, lo cual
me sorprende, ya que en estos años este tipo de escenas serían de
escándalo público; en cambio, esta obra tuvo éxito a pesar de todo
esto.
Este trabajo me ha
permitido conocer como era la sociedad gallega y española en la
época en la que se publicó Divinas Palabras y las repercusión en
la literatura de los sucesos de este período.
En estas fotografías mostramos los distintos lugares en los que está ambientada la obra teatral Divinas Palabras. En esta obra el ámbito constante es la Galicia natal de Valle-Inclán, poéticamente recreada a través de la alquimia del recuerdo que aspira a eternizar lugares, paisajes y cosas. Divinas Palabras se inscribe en el mundo gallego que el autor había inventado a base de las dos riberas de la ría de Arosa: Barbanza y Salnés. Así lo indican los topónimos de San Clemente y András aquí representados y los incluidos en los nombres de El Ciego de Gondar, Sernín de Bretal, Miguelín el Padronés y Milón de la Arnoya. Viana del Prior es el término ficticio con el que el autor hace referencia a Pobra do Caramiñal y en otros a Salnés. Aquí la elección del mar de Arosa y sus comarcas ribereñas es una prueba más de amor nativo y nostálgico arraigo. La obra contiene además otros topónimos reales como el Hospital de Santiago, Lesón, San Campio, el Condado, la mar de Corrubedo y otros entrelazando realidad y ficción como Lugar de Condes y San Juan de Balga.
Aquí dejo la dirección de la red social Mister-Wrong, en la que recogí una serie de páginas web que muestran diferentes críticas de la obra de Valle-Inclán, así como páginas en las que se presenta información del autor, de Divinas Palabras, de la Generación del 98...
El
teatro, a principios del siglo XX se rige por los gustos del público
burgués y surgen dos tendencias: el teatro de éxito comercial y el
teatro renovador.
El
teatro comercial es un teatro cómico o melodramático, destinado a
satisfacer las exigencias del público que huye de los planteamientos
ideológicos pero conserva las formas dramáticas tradicionales. En
este teatro destaca Valle-Inclán junto con García Lorca, aunque el
más conocido es Jacinto Benavente. El
teatro cómico también tuvo un gran éxito con el público. Los
escritores más importantes son Carlos Arniches, Serafín y Joaquín
Álvarez Quintero y Pedro Muñoz Seca.
El
teatro renovador fracasó al intentar atraer al público aunque ahora
es el más apreciado. Sus autores más importantes fueron
Valle-Inclán, García Lorca, Unamuno y Jacinto Grau.
Divinas
palabras es una obra de transición en la dramaturgia de Valle-Inclán
que anticipa numerosos rasgos de lo que va a ser el teatro
expresionista y esperpéntico del autor a partir de 1920. La
substitución de los mundos ficticios de naturaleza épico-mítica,
propios de su primer teatro, por un universo, igualmente ficticio,
pero más próximo a la realidad del momento son señales de este
cambio. También lo son la mezcla de elementos tragicómicos que
socavan el sentido trágico de los sucesos terribles que se
desarrollan en la trama. En el análisis del diálogo se demuestra
que ni sus conductas resultan tan inmotivadas y absurdas como
ocurrirá más tarde con las de otros personajes esperpénticos ni la
deformación grotesca alcanza en ellos el grado extremo que adquirirá
posteriormente.
Con
esta pieza Valle-Inclán inicia el camino hacia su teatro
expresionista y esperpéntico aunque en ella aún están presentes
rasgos de su teatro anterior, modernista y simbolista. En la obra se
deja atrás ese teatro anterior abandonando los mundos ficticios de
naturaleza épico-mítica, poblados por una sociedad estamental para
presentar un universo ficticio, pero más próximo a la realidad del
momento, en la que está presente la sociedad contemporánea y el
pueblo llano.
En
esta obra Valle vuelve a un ambiente gallego, pero habla de la
Galicia rural de la época. En este ambiente ocurren hechos propios
de la tragedia.
El
subtítulo Tragicomedia en la aldea emparenta
la pieza con los dramas y tragedias rurales. Muchos aspectos permiten
adscribirla a dicha variedad dramática: el ambiente, el tipo de
caracteres, los instintos primarios que dominan la naturaleza de los
personajes. Pese a esto, Divinas palabras no
encaja bien en el perfil de drama rural, ya que no hay un afán de
realismo o costumbrismo tópicos, aunque sí el deseo de estilización
del ambiente rural de la tierra gallega, a partir de su folklore, de
sus tradiciones y de su lengua, para crear un ambiente simbólico y
universal, adecuado a los conflictos que viven los caracteres y a las
pasiones que en él se desatan. Tampoco hay fatalismo, los personajes
de la obra están dominados por pasiones primarias, por intereses
elementales, casi instintivos aunque con total despreocupación
moral, sin ningún tipo de culpabilidad o de impresión fatalista.
Valle-Inclán
pretendía también recrear y estilizar la lengua hablada popular,
con raigambre en La Celestina.
En
1874 se produce un golpe de Estado que proclama la monarquía de Alfonso XII de Borbón y pone fin a la república. Se inició un
período largo de aparente estabilidad entre 1975 y 1923 al que se le
llamó “Restauración canovista” en honor a su principal
ideólogo, Antonio Cánovas del Castillo. La estabilidad tuvo
numerosas causas que lo explican, pero esta estabilidad tuvo un
precio. Los partidos dinásticos eran restringidos grupos de
dirigentes provinciales que para ganar las elecciones buscaban apoyos
entre los caciques de los pueblos, que habían hecho su fortuna en la
desamortización y utilizaban ese poder para dar trabajo y hacer
“favores” a sus vecinos.
Durante
la Restauración, el partido en el poder, conservador o liberal,
“amañaba” los comicios con el apoyo de los caciques y ganaba
siempre.
Cuando
Alfonso XII muere, su mujer María Cristina estaba embarazada, por lo
que la nombran reina regente, hasta que su hijo no tenga edad para
reinar.
Durante
la regencia de María Cristina los asuntos del reinado no van bien,
ya que España pierde colonias. Los territorios españoles no quieren
depender de España y los americanos querían las tierras que
quedaban, Cuba, Puerto Rico y Filipinas por lo que ofrecen a España
una cantidad de dinero, pero no lo aceptan. Debido a este rechazo,
los americanos le declaran la guerra a España y esta la acepta. Las
tropas españolas eran mucho más débiles que las americanas y como
era de esperar, España pierde la guerra, y con ella sus colonias.
Tras la pérdida de estas, en España se producen movimientos que
tratan de superar una crisis que es también de identidad. Surge el
regeneracionismo, un proceso a través del cual poder superar los
modos y políticas del pasado para encontrar un camino nuevo en todos
los órdenes.
En
1902 se proclama a Alfonso XIII rey, ya que había alcanzado la edad.
Desde este año estaba ya extendida la idea de transformar la
democracia caciquil en una democracia sincera.
El
ejército, dolido con la derrota y las fuertes críticas de la
opinión pública tras la guerra, se enfrenta con el sistema y
mantiene constantes amenazas hacia el proceso modernizador.
Durante
este reinado, suceden una serie de problemas en diferentes aspectos
de la vida española que desembocarán en la dictadura de Primo de Rivera.
Además,
el gran desarrollo económico de las regiones periféricas contribuyó
al desarrollo del nacionalismo periférico y al aumento de las luchas
sociales, la conciencia de la clase obrera y la capacidad de
movilización.
Perdieron
su imperio colonial de Marruecos por el Tratado de París, lo que
abrió el camino para una crítica global de la realidad nacional. En
ese momento surgen actitudes reformistas incubadas ya con
anterioridad al desastre. Un deseo de cambio al que no se sustrajo el
régimen político, gravemente erosionado por su carácter excluyente
y por su incapacidad para integrar a las nuevas fuerzas emergentes,
al hilo del proceso de modernización de la realidad española.
En Divinas
Palabras Valle-Inclán nos enseña el pensamiento y la forma de vivir
de la época. En la obra se muestra la vida rural de una Galicia muy
supersticiosa y atrasada respecto a otras zonas españolas. Además
esta época supone una época de cambio en las ideas de la sociedad,
tanto religiosas como políticas.
Fue
una etapa de decadencia para la iglesia, ya que muchos cristianos
dejaron de creer o decían que Dios no les hacía caso, como sucede
con Lucero, dice creer en Dios pero también dice que Dios nos da la
espalda y afirma irónicamente ser compadre del diablo.
Divinas Palabras es una obra importante
en la trayectoria teatral de Valle-Inclán que supone la culminación
del ciclo mítico, con una estética muy cercana a los esperpentos.
El título de esta obra la singulariza, ya que nunca utilizó uno
similar ni lo utilizará en sus posteriores obras. Comenzó a
publicarla en 1919 en La Pluma,
un periódico madrileño. En 1920 fue publicada como libro, en este
mismo año el autor hace aparecer otras piezas dramáticas, que
restablecen la creatividad de Ramón en el ámbito dramático y
además algunas de ellas inauguran denominaciones como tragicomedia o esperpento, nunca utilizadas por el autor hasta ahora. La obra está
habitada con imágenes ancestrales de muerte, avaricia, lujuria...
pero formalmente se sitúa en una vanguardia expresionista.
A
causa de todo esto, la crítica consideró Divinas palabras
como obra crucial en la
trayectoria creativa del autor.
El propio Valle-Inclán
reconoció después de haber escrito la obra que debido a su
complejidad debería ser refundida para poder ser llevada a los
escenarios.
Su
argumento ha atraído a diferentes artistas interesados en adaptarla
no sólo a las tablas sino también al cine y a la música, prueba de
ello son las adaptaciones de célebres autores como Castelao y
versiones cinematográficas como la de José Luís García Sánchez en
1987 con el mismo título que la obra (Divinas
Palabras).
La
primera representación teatral se realizó el 16 de noviembre de
1933 en el Teatro Español de Madrid y a partir de 1950 empezó a ser
representada internacionalmente.
En
el ámbito cinematográfico aparecieron dos versiones, una en México
en 1978, adaptada y dirigida por Juan Ibáñez y otra en España en
1987 dirigida y adaptada por José Luís García Sánchez.
Divinas
palabras tan sólo tuvo una
representación operística, estrenada en el Teatro Real de Madrid en
1997.
La
actividad literaria de Valle-Inclán comienza con la publicación de
algunos pequeños textos en Santiago de Compostela, poco a poco
extendería varios géneros de narrativa, desde el relato y las
crónicas a la novela, a varios géneros literarios y a la poesía
lírica.
En
el ámbito narrativo, su producción se inicia en el modernismo.
Dentro de este movimiento se inicia Ramón con Femeninas y
Epitalamio, una
colección de relatos sutiles, sensuales y muy musicales. Más tarde
llevará a cabo todo un monumento del modernismo, las Sonatas,
que son: Sonata de Otoño (1902),
Sonata de estío (1903), Sonata
de primavera (1904) y Sonata
de invierno (1905), con las que
inicia su gran carrera como escritor. En estas sonata relata
autobiográficamente los amores del Marqués de Bradomín. En estos
textos el autor representa una nostalgia sensitiva típica en los
discípulos de Rubén Darío.
Flor
de santidad fue otra de sus
obras en prosa, que destacó por ser una de las más importantes en
toda la prosa modernista hispana. Esta obra se centra un poco más en
las tradiciones populares y leyendas gallegas con las que
Valle-Inclán estaba familiarizado.
Algunas
de sus obras podrían considerarse dramáticas por la cantidad de
diálogos que contienen, como el ciclo de las Comedias
bárbaras.
Otra
vertiente de la novelística del autor queda plasmada en los Relatos
de la Guerra Carlista (1909),
que reafirma el reconocimiento de Valle como gran escritor si bien la
transformación de su prosa modernista hacia el esperpento se va
operando desde Los cruzados de la causa
y el resto de las obras de esta trología y el paso al esperpento
narrativo será ya total con Tirano Banderas (1926)
en la que hace una fuerte crítica de una dictadura latinoamericana
arquetípica y la serie de El ruedo ibérico (1927),
ciclo narrativo que da una visión grotesca de la reina Isabel II y
de su corte.
Estas novelas marcan estilos
distintos a las novelas anteriores, acercándose a las preocupaciones
y críticas propias de la Generación del 98. No llegó a ser un
autor de esta generación, si no que absorbió las dichas
características propias de esta generación y las introdujo en su
estilo propio e inimitable.
En su estilo podemos observar
perfectamente la estética modernista. Busca ritmos nuevos, palabras
que sorprendan... También se aprecia el gusto por lo exótico, lo
pintoresco y lo raro, lo exquisito, trabajado y suntuario.
En general, en su prosa
modernista Valle busca el principio parnasiano “del arte por el
arte” y practicar el “culto simbolista de la alusión y de la
sensación”. Hay una búsuqeda continua de la musicalidad al estilo
de Rubén Darío y una huída consciente y continua del realismo y el
utilitarismo.
En cuanto a su obra poética,
está reunida en la trilogía Claves líricas (1930), formada
por Aromas de leyenda, Versos en loor a un santo ermitaño, El
pasajero y La pipa de kif.
Aromas de leyenda y
Versos en loor a un santo ermitaño (1907) reciben influencia
del Modernismo. En estos catorce poemas de métrica variada recrea
diversos aspectos de su Galicia natal descripciones del paisaje,
trabajos cotidianos, milagrería, superstición...
El
pasajero (1920) desarrolla en
treinta y tres composiciones temas como la muerte, el dolor, la vida,
la pasión, la eternidad...
Con
La pipa de kif (1919)
da paso en sus poemas a lo grotesco, a lo esperpéntico. Esta obra ha
sido definida como una colección de estampas trágico-humorísticas.
En el ámbito teatral,
Valle-Inclán fue actor, adaptador, traductor, escenógrafo, director
y productor teatral y dramaturgo. Escribió numerosas obras
teatrales. Su teatro se divide en cinco períodos:
Ciclo
modernista: Pertenecen obras como El marqués de Bradomín
(1906) y El yermo de
las almas (1908).
Ciclo
mítico: Desde su Galicia natal, creó un mundo mítico e
intemporal. Los destinos de los protagonistas son habitualmente
trágicos, de avaricia, lujuria, violencia... A este ciclo
pertenecen Comedias bárbaras y
Divinas palabras (1920).
Ciclo
de la farsa: Es un grupo de comedias recogidas en Tablado
de marionetas para educación de príncipes (1909,
1912, 1920) en las cuales se presenta un continuo contraste entre lo
sentimental y lo grotesco y sus personajes anuncian la llegada del
esperpento.
Ciclo
esperpéntico: Está formado por Luces de bohemia y
Martes de Carnaval. El
esperpento es una nueva forma de ver el mundo, ya que distorsiona la
realidad para presentarnos la imagen real que se oculta tras ella.
Para esto utiliza la parodia, humaniza los objetos y los animales y
animaliza cosifica a los humanos. De esta forma, los personajes se
presentan como marionetas y carecen de humanidad.
Ciclo
final: Aquí el autor lleva a su extremo las propuestas dramáticas
anteriores: presencia de lo irracional e instintivo, personajes
deshumanizados, esquematizados y quiñolescos, y la técnica
distorsionante del esperpento. Sus obras quedan recogidas en Retablo
de la avaricia, la lujuria y la muerte.
Al igual que Unamuno y Azorín, el autor se enfrenta directamente al teatro comercial vigente. Estos escritores muestran una oposición al teatro realista, costumbrista y de corte burgués que tanto éxito tenía en los escenarios.
Ramón
realizó también numerosas traducciones del portugués, del francés
y del italiano.